Este es el último dato del día del mes de noviembre en las Mañanas X. Una mirada al pensamiento estoico para ayudarnos a sobrellevar esta temporada que llega difícil para muchos.

Se acerca una fecha llena de emociones, para algunos, la navidad es época de celebración, unión, regalos, comida y mucho amor. Sin embargo, para otros tantos, significa todo lo contrario debido a las pérdidas, recuerdos y tristezas del pasado. Las adversidades y el sufrimiento hacen parte de la vida misma, no podemos hacer nada para evitarlo, pero tal vez, sí para que eso no afecte nuestro camino. O al menos, esto predica el estoicismo, una corriente antigua seguida por filósofos quienes mencionan que lo mejor para alcanzar la paz interior es aceptar lo que ocurre, en lugar de resistirnos a ello.

Para verlo de esta forma, es necesario aplicar cuatro acciones en nuestra vida cotidiana y así experimentar el cambio por cuenta propia: el primero es dar las gracias por todo lo que suceda en la vida, especialmente por aquello que no se espera y que se toma como “malo”. Es allí donde estaría el ingrediente transformador. El imaginar lo peor se refiere al segundo paso, asumiendo con total naturalidad que podía suceder y, por ende, valorar lo que se tiene en el presente.

El tercer paso es aprender del fracaso. Para los estoicos, el fracaso jamás depende de factores externos, si no de nuestra actitud. Reconocer que cada tropiezo forma parte del camino podría liberarnos del peso del fracaso, y motivarnos más que cualquier victoria. Finalmente, una cuarta forma de conseguir estar feliz a pesar de lo que suceda es practicar el desapego. Se refiere a soltar la dependencia material, pero también a no aferrarse a las expectativas, a los resultados específicos que esperamos.

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