El método que iniciará pruebas próximamente, debe ser insertado por un chip cerebral a través de un procedimiento quirúrgico que realiza un robot.

Hace algunas semanas, la Administración de Medicamentos y Alimentos de EE. UU. (FDA por sus siglas en inglés) le otorgó permisos a Neuralink la compañía del magnate Elon Musk, para que realizara pruebas en humanos con la tecnología cerebro-computadora.

Esta noticia suena totalmente innovadora, sin embargo, en diciembre del 2021 la competencia directa de Neuralink alcanzó un hito que maravilló al mundo. Se trata de la compañía Synchron la cual puso a prueba su chip cerebral con Philip O´keefe, un paciente con esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad que deteriora los músculos y afecta la autonomía motora. Él se convirtió en la primera persona del mundo en tuitear utilizando la BCI (interfaz cerebro-computadora): “¡Hola Mundo! Tuit breve. Un progreso monumental”, fue lo que escribió.

 

Dos años después, la compañía de Musk cuenta con su propia tecnología para hacer ensayos, el problema es que este método es más invasivo que el desarrollado por Synchron.  El chip se debe insertar quirúrgicamente en el cerebro y la operación es practicada por un robot.

Una vez implantado, con las señales enviadas por las neuronas al chip, la idea es que los pacientes puedan plasmar en la pantalla de un computador sus ideas, sensaciones y necesidades. El método de la competencia es diferente, consiste en insertar el dispositivo a través de los vasos sanguíneos como una “autopsia natural” hacia el cerebro, según su creador.