El festival reunió a más de 400.000 personas pese a que el 75 % del escenario principal fue destruido en un incendio apenas 48 horas antes de la apertura

El pasado 16 de julio, durante una prueba técnica de pirotecnia, un incendio arrasó con gran parte del escenario principal que este año tenía la temática “Orbyz” de Tomorrowland, en Boom, Bélgica. Las llamas sorprendieron a todos a solo dos días del inicio del festival. En este momento crucial, fiscales de Amberes iniciaron una investigación por posible incendio provocado y analizan si hubo errores en el almacenamiento o la manipulación de los fuegos artificiales.

Las investigaciones preliminares han identificado tres posibles fallos clave. Primero, los fuegos artificiales fueron almacenados en el sitio con antelación. Segundo, personas no autorizadas tuvieron acceso, y por último, no se entregaron las notificaciones escritas obligatorias, según un correo filtrado desde el Ministerio de Economía a la fiscalía.  Así mismo, otra investigación en curso se centra en el fallecimiento de una asistente canadiense de 35 años, ocurrido durante la primera noche del festival. Las autoridades no descartan un vínculo con consumo de drogas, y se esperan los resultados de la autopsia y los análisis toxicológicos.

 

Frente a esta situación inesperada, la respuesta fue casi que contrarreloj. En menos de 48 horas, se construyó un escenario alternativo gracias al esfuerzo de cientos de técnicos y a la solidaridad técnica de la banda Metallica, que aportó infraestructura, sonido y personal especializado. El nuevo espacio, aunque más modesto, incluyó una gran pantalla LED junto al esqueleto calcinado del escenario original, símbolo de la resiliencia del festival.

Tras dos fines de semana intensos, Tomorrowland 2025 logró superar la tragedia inicial y cerró con récord de asistencia, grandes actuaciones y un reconocimiento especial al esfuerzo colectivo que hizo posible levantar un nuevo escenario en tiempo récord. La investigación sobre el incendio y el manejo de los fuegos pirotécnicos sigue abierta, pero el festival demostró que, incluso frente a la adversidad, la unión de la comunidad electrónica mantiene viva la magia de Boom.